—¡Yo no sé por qué pasa la gente si la Policía cerró el paso! ¡…!
Eso será en unos minutos. Ahora está encorvado, intenta arrancar una motosierra.
Jhonny tiene 38 años, la piel oscura y el pelo rizado y negro como el joven Michael Jackson. Lleva puesto el overall amarillo chillón que identifica a la Ong Comandos de Salvamento y está al frente de la brigada que trabaja en el cruce de la 1.ª calle oriente con la 2.ª avenida norte, en la zona baja de Verapaz, San Vicente.
Es mediodía del lunes y Verapaz es un hervidero de gentes. La madrugada del domingo una correntada de lodo, rocas y árboles bajó del volcán Chichontepec y devastó este pequeño pueblo que rarísima vez aparecía en los noticieros. Hoy es distinto. Ni en las fiestas patronales se ve tan concurrido. Los menos han venido a ayudar, como Jhonny y su brigada. O a intentar ayudar al menos. Pero los más son curiosos que desde primera hora han llegado para ver con sus propios ojos la desgracia ajena. Los hay mirones, y también con cámaras de video, con cámaras fotográficas y con teléfono celular.
La Policía Nacional Civil ha colocado en la entrada a las calles más enlodadas bandas de plástico amarillas de esas que dicen POLICÍA NO CRUZAR, como las que pone cuando hay un asesinato. Pero el morbo puede más.
Hasta este cruce bajaron escombros arrastrados de todo el pueblo. El tapón es descomunal, inestable y surrealista. Lo que más se ve son troncos y raíces, pero también hay hierros retorcidos, rocas, cables, un poste del tendido eléctrico, un televisor, un par de refrigeradoras vacías, un paraguas abierto y un camión estrujado que misteriosamente tiene un foco encendido.
Llevo media hora aquí parado y sobre el tapón he visto pasar, varios tambaleándose, a jóvenes, a no tan jóvenes, a soldados, a viejitas encanecidas, a adultos, a niñas con su bebé en brazos, a socorristas de esos que no se sabe a qué institución pertenecen, a funcionarias del Ministerio de Salud… Parece parque de atracciones.
Y ahora es cuando Jhonny se da por vencido con la motosierra, se incorpora y grita.
—¡Yo no sé por qué pasa la gente si la Policía cerró el paso! ¡Estamos buscando cuerpos y cuanto más personas pasan, más se apelmaza este bolado!
Nadie parece darse por aludido. Y la gente sigue pasando.
Buen Trabajo, me mandó este link Campos y pido favor si podes poner un link a nuestro blog.
ResponderEliminarGracias y pendiente,
Marco
Blogmaster de Comandos de Salvamento
http://www.salvamento.org
ResponderEliminarMe llega tu estilo, esto va a tener a muchos lectores....de calidad.
ResponderEliminarRoberto-Marco de nuevo, te pido permiso para translate este entrada en inlges y dar te credito en nuestro blog. escribime a marco arroba salvamento punto org
ResponderEliminarpendiente
Claro, esto es libre. Cualquiera puede tomar lo que quiera y traducirlo y replicarlo donde quiera.
ResponderEliminarGracias por leer el blog, uno escribe para que lo lean. Un abrazo desde este pedazo de tierra tan querido como es El Salvador.
Y después, llegaron en camiones. Les valió riata y se pusieron a pasar por el puente todo tembeleque que está a la entrada de Guadalupe, la única entrada de Guadalupe. Esto sí que da cólera y pena. Es que hay que ser demasiado metido y demasiado descarado para hacer esto. Es que no me pasa, eran camiones de gente, como los que se ven en la Costa del Sol en Semana Santa. Increíble. Me dieron ganas de desear que se cayeran de una vez con todo y camión para que aprendieran que eso no se hace. No cuando hay gente sufriendo. Es que qué gente más bruta! Me siento tan encolerizada.
ResponderEliminarGlenda.