Fotografía: Cortesía María Isabel Rodríguez |
Fidel puso su mano izquierda sobre el hombro de María Isabel, y ella se acercó cuanto pudo al impecable traje militar. Él sostenía con sus dedos elpurito habano que acababa de encender, pero tuvo cuidado de alejarlo lo suficiente del vestido. Sonrisa abierta ella y más disimulada la de él. Así les tomaron la fotografía.
—Yo tengo la imagen -cuenta satisfecha- del último cigarro de Fidel.
Está convencida de que a partir de esa noche nunca más volvió a fumar, y lo cree porque se comprometió públicamente en aquella conferencia internacional sobre educación médica. Solo él sabe si cumplió su palabra, pero lo que María Isabel sí pudo comprobar con sus propios ojos es que Fidel ya no fumaba en las otras ocasiones en las estuvo con él después de aquel julio de 1986, cuando les tomaron la fotografía.
—Él entonces nos decía que iba a durar 120 años, pero parece que no le va a salir.
Fidel Castro era el jefe de Estado cubano, y 21 años después, sigue siendo el jefe de Estado cubano. Y María Isabel Rodríguez era consultora de laOrganización Panamericana de la Salud (OPS), y hoy es rectora saliente de laUniversidad de El Salvador (UES).
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(Esta es la entrada del primer perfil de la era post-Leila que escribí en mi carrera. La protagonista era María Isabel Rodríguez, quien entonces (octubre de 2007) se aprestaba dejar la rectoría de la Universidad de El Salvador. El relato se publicó el 28 de octubre de 2007 en la revista Enfoques, de La Prensa gráfica, bajo el título "Estudió, educó, batalló, naufragó, rio".
Fotografía: Roberto Valencia |
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