Carlos Martínez es, además de un gran cronista, un buen amigo. Y además de buen amigo, un chistosillo empedernido al que le cuesta sacudirse la visión eminentemente machista de la sociedad que lo define.
De su último viaje a Guatemala me trajo un enigmático y colorido sobre del tamaño de una tarjeta de crédito. En la parte trasera tenía impreso el nombre del “fabricante”, que era Esotéricos Mexicanos (Esomex), y se autopromocionaba como un “poderoso polvo” con un explícito nombre: YO DOMINO A MI MUJER.
Las instrucciones eran claras: “Frota diariamente en tu cuerpo este polvo diciendo mentalmente (fulana…) estás bajo mi dominio. Ella acudirá a ti cariñosa, amante, fiel y muy conforme, nada te reprochará haciéndose tu voluntad. Pon un poco de este polvo en contacto con ella y su ropa”.
Ya está en la basura. Nomás quería compartir las estupideces que siguen a la venta en esta nuestra Centroamérica bien entradito el siglo XXI.
Fotografía: Roberto Valencia |
parezcan idioteces pero estos polvos tienen una curiosa historia detrás, están asociados a practicas africanas y ya aparecen mencionados por los inquisidores del siglo XVII por su éxito tanto entre negros como entre indios y blancos. se supone que su composición contiene parte al menos de polvo de hueso humano. aunque solo sea por su larga tradición de subalternidad, mestizaje y resistencia al paso de los tiempos (nada favorables al producto) merecían una oportunidad, no?
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