viernes, 24 de diciembre de 2010

Memorables

De la Nochebuena del año pasado sé que hubo un árbol encendido y enclenque reflejado en el gran espejo de la sala, hubo el calor propio del Trópico, hubo pólvora ruidosa iluminando el cielo, hubo humo blanco sobre la ciudad, mi esposa Iris embarazada de ocho meses y medio, y mi hija Alejandra a 18 días de su nacimiento, hubo también la cena austera por principios, hubo besos, hubo pláticas transatlánticas vía Skype, hubo mil detalles, mil palabras… Sé que hubo todo eso aunque es un día que se borró de mi memoria. Todo lo que sé que hubo son nomás reconstrucciones mentales basadas en la lógica y en la matemática. Bien dicen que la memoria es selectiva, y que parece que solo selecciona lo realmente importante.

—Iris, ¿y dónde pasamos la Nochebuena pasada? –le he preguntado hace unos minutos.
—Yo creo que en la casa, los dos solos, estoy más que segura –me ha respondido después de darle no pocas vueltas.

Parece que la cena del 24 de diciembre de 2009 no fue ni más ni menos memorable que las del 12 de marzo o la del 9 de septiembre. A ver hoy.


Fotografía: www.depsicologia.com

2 comentarios:

  1. Asi nos pasa, año tras año hay cosas que no se pueden recordar aunque se quiera.

    ResponderEliminar
  2. En ocaciones sucede... sobre todo si ponemos a nuestra condición dificultades extras que compliquen la capacidad de memoria...

    Haha!
    Felíz Navidad Roberto! un gusto haber conocido su Blog!

    ResponderEliminar

Related Posts with Thumbnails