—Iris, ¿y dónde pasamos la Nochebuena pasada? –le he preguntado hace unos minutos.
—Yo creo que en la casa, los dos solos, estoy más que segura –me ha respondido después de darle no pocas vueltas.
Parece que la cena del 24 de diciembre de 2009 no fue ni más ni menos memorable que las del 12 de marzo o la del 9 de septiembre. A ver hoy.
Fotografía: www.depsicologia.com |
Asi nos pasa, año tras año hay cosas que no se pueden recordar aunque se quiera.
ResponderEliminarEn ocaciones sucede... sobre todo si ponemos a nuestra condición dificultades extras que compliquen la capacidad de memoria...
ResponderEliminarHaha!
Felíz Navidad Roberto! un gusto haber conocido su Blog!