En esas miro al fondo, y a unos diez metros veo a mi esposa, que no quiso hacer la cola, sentada en la repisa del escaparate, con una inquieta Alejandra en sus brazos. Doy un par de pasos y la miro, me mira, me identifica, esboza una sonrisa cholca y se anima:
—Pa, pa, pa, pa, pa, pa…
Un escalofrío muy profundo me recorre el cuerpo y se me viene el impulso reprimido del llanto, como si un dedo me apretara los ojos desde adentro. Luego me dirá mi esposa que ya se lo había escuchado, pero yo nunca, yo solo le había oído el ma, ma, ma, ma, ma, ma cuando quiere sus brazos, que son los que más extraña porque son los que más la cuidan. Uno se siente tan bien, tan raro, que no halla las palabras justas. Y el día denso y complicado se convierte en algo digno de ser recordado, para siempre.
Fotografía: Roberto Valencia |
El ritmo del último párrafo, y esa última palabra. Woe, volví a releer el pa-pa-pa-pa y lloré. Bravo Valencia, felicidades!
ResponderEliminarEsas son las emociones que nos deja nuestra bebé preciosa Alejandra
ResponderEliminarQue bonito Ojitos aaaa! un gran abrazo
ResponderEliminarMaravilloso. Mortal. Qué envidia.
ResponderEliminarMe has puesto los pelos de punta, desgraciado. Un abrazo enorme, agradecido por lo que compartes. Ilusionado, coño. Felicidades.
ResponderEliminar10!
ResponderEliminarCuando tenga seis años, me avisa. ¡Valeria no paran de cantar ni de hablar de que le duele el dedo que se lastimó hace un mes, aunque no le duela! Ahhhhhhh.....
ResponderEliminarHermoso!
ResponderEliminarA uno le dan ganas de ser tata...
ResponderEliminarLas recompensas en medio de esta jungla sin piedad...
ResponderEliminarMe erizó...
ResponderEliminarAy, Roberto, vos siempre escribís cosas importantes, cosas inteligentes, cosas interesantes, pero esto, esto es lo más bello que te he leído. Y me he puesto a llorar como una tontita y me he sentido feliz de que haya cosas tan lindas chiquitas e importantes. Un beso a Alejandra!! :)
ResponderEliminarNo existen días mejores en la vida. Que vengan muchos más, Roberto. Felicidades!
ResponderEliminarLloramos... de alegría :)
ResponderEliminarprecioso roberto!! vaya emoción!! joeee... espero que martin también lo diga pronto..gegegegege.
ResponderEliminarWaaauuu!!! Increible Roberto, me has dejado perpleja!!! Qué capacidad de redactarlo y hacernoslo llegar!!! gracias por compartirlo. Maria Mesones
ResponderEliminarPor un momento te he imaginado todo el día liado y juro que parece que te estaba viendo. He hecho el camino contigo mentalmente, como si te viese en una pantalla. Es tanto tiempo de que nos conocemos que puedo imaginar casi todos y cada uno de tus registros, aunque puedan no coincidir con la realidad. Así, con las gafas frente al ordenador, leyendo la pantalla, acercando un poco la cara y el cuerpo al monitor, la sonrisa invertida, mascullando alguna vez, y finalmente, cuando encuentras las palabras, asintiendo con la cabeza y decidiéndote a escribir. O yendo a sacar esas fotos, andando desenfadadamente, como quien se puede desmontar en algún momento, camiseta amplia y por fuera, y nuevamente cara seria y muy sombreada por la barba de todo el día.
ResponderEliminarPero ha sido cuando he llegado a la parte en la que hablabas de Alejandra, cuando te he leído cómo relatabas que mirabas a la niña, te buscaba con la mirada, te reconocía, y casi te emocionabas, cuando se me ha puesto la piel de gallina y casi me he emocionado yo también.
Preciosa la foto y guapísima la niña.
Un abrazo amigo.
Que lindo cuando nuestros hijos dejan de llorar para comunicarse y comienzan con su sílabas repetivas ma ma y pa pa pa, maravillosas sílabas que nos arreglan aún los peores días, la sensibilidad con que escribiste esta crónica dice mucho de ti.
ResponderEliminarO_o
ResponderEliminarLo dejas a uno sin palabras y con tantos sentimientos
ResponderEliminarEs tu lado más humano, dejá que salga ese Roberte y se quede
ResponderEliminarQué locura, otra vez me sacaste las lágrimas! :)
ResponderEliminarQué bonito relato Roberto! Felicidades por la beba tan linda... Alejandra!
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