Es cierto que ya publiqué otro post titulado ‘Un buen día’, pero la insistencia tiene explicación: una rola sencilla pero inmensa y fascinante del grupo español Los Planetas, que se titula precisamente así: Un buen día.
Hoy he despertado en casa de los amigos que me hospedan en San Salvador, muy temprano, como a las 5:30, con el cielo gris intenso y el olor fuerte que dejan las primeras tormentas de la estación lluviosa; la de anoche fue poderosa. Me he sentado frente a mi desvencijada laptop para la rutina: ver correos, responder los urgentes, subir cables a la sección Internacional de El Faro, Facebook, Twitter… dosquetrés horas salpicadas por la preparación de un café, por una sentada para hacer abdominales, por la ducha, por algunas llamadas telefónicas urgentes. Bien pasadas las 8, al Ministerio de Hacienda a arreglar unos bolados, pero antes parada para desayunar dos pupusas revueltas y un café de cazuela, de esos que te lo sirven tan hirviendo que uno le da tiempo a comerse las pupas y aún no se ha enfriado. $0.75 por todo. He tomado un micro de la 44 en la parada junto a Estadio Cuscatlán y me he fijado en detalles que solo se echan de menos cuando uno vive una larga temporada fuera: el infaltable sticker de ‘Jesucristo’, los asientos grafiteados y rotos, los nombres de mujeres pegados en la luna delantera (Katherine y Keiry). Y desde la ventana, San Salvador, su podredumbre y su entrañable caos. El trámite en Hacienda ha supuesto un rencuentro con la burocracia tropical, pero bien, y luego he regresado a casa de los amigos, también en la 44, con niño careto que se ha subido a pedir ayuda incluido. Al dejar la unidad he comprado una bolsa de mango verde ‘con todo’. Ya en la tarde, el Chele me ha llevado en su ruinoso Toyota a El Faro, para rencuentros y reuniones varias. De ahí, con el Chele y su hermano Óscar hemos ido a Galerías Escalón, y, después de un trámite obligado en Davivienda, nos hemos pasado por La Ceiba y a Simán, solo para ver si estaban ya vendiendo Crónicas negras, pero nada. Hemos cenado en el Pollo Campero, entre risas, y luego, bien entrada la noche ya, nos hemos tomado unas cervezas en El arpa irlandés, que estaba hoy más deprimente que de costumbre. A casa hemos llegado a las 11, pero antes hemos parado en el Súper Selectos para comprar unas Golden y una pacha de guaro Caña Rica, que hemos combinado con el Anís del Mono que me traje en la maleta desde Euskadi. A la platicadera, sobre periodismo y otros tufos, se han sumado Choco y Efrén. A eso de la 1 de la madrugada ha terminado todo para mí.
Este 6 de mayo de 2013, lunes, ha sido un buen día, y lo ha sido por su aparente cotidianidad, que es a lo que apela la rola sencilla pero inmensa y fascinante del grupo español Los Planetas.
...en conclusion, un buen dia es cuando se puede chupar bien agusto con los compas...
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ResponderEliminarOiga Roberto su post esta genial. Lo único que quiero preguntarle es: ¡¿A donde comió dos pupusas y un café por tres coras?! A mí lo menos que me cobran por eso es 1.50 :D
ResponderEliminarSaludos, Cristy.
Hola, Cristy. va a sitios muy caros, ya veo. Eso cobran en la pupusería que está en la parada de buses que está junto al Cusca, al otro lado del Árbol de la Paz. Pero en el Centro se pueden conseguir 3 pupusas y el café por un dólar. Gracias por leerlo. Saludos.
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