—Esta historia es muy complicada, Magaly –le dije–. Yo te creo pero, y ahora te hablo como periodista, hacerla creíble, que los lectores no duden, será muy complicado.
—Yo… Yo nomás te he contado lo que me pasó –me respondió, casi con sentimiento de pena–. Solo vos lo sabés. Hablar esto con otra persona se me hace difícil.
—Para mí ha sido muy difícil preguntarte, Magaly, pero eres fuerte.
—Es que si me pongo en un plan de llorar, de nada me sirve, porque nadie va a quitar ese día de mi vida ni puedo ir para atrás.
La frase es trillada como pocas, pero no hay otra que ilustre mejor esta situación: la realidad supera la ficción. Con creces.
Fotografía: Internet |
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