—Mira –me dijo mi interlocutor mientras me mostraba el ejemplar–, este es un periódico que hicieron solo para meterse con él.
Él es Monseñor Óscar Arnulfo Romero, el obispo asesinado en marzo de 1980, y a quien me atrevo a etiquetar como una de las personas más calumniadas e injuriadas en la historia del país. La portada de La Opinión que pude examinar era la de la edición de abril de 1978. Junto a una foto del arzobispo, el titular, con letras que hasta un ciego podría leer: Harán exorcismo a Monseñor Romero. Y tres bajadas explicativas: Preocupan actitudes sospechosas del arzobispo, Piden por salvación de su alma, y Mentes diabólicas dirigen a Monseñor, que se encuentra poseído del espíritu del mal.
Han pasado más de 30 años de aquello, pero me temo que muchos de los que financiaron y/o aplaudieron medios como La Opinión –y sus herederos políticos– son algunos de los que hoy más se rasgan las vestiduras porque se haya declarado inconstitucional el inciso de un artículo del Código Penal que impedía la penalización de la calumnia y de la injuria.
Fotografía: www.i37.tinypic.com |
La realidad a veces puede rozar la ficción. Gracias por el consejo Roberto. Saludos.
ResponderEliminarHola. Tendras de casualidad una copia de ese ejemplar o esa portada? Me serviría muchiiiiisimo. Muchas gracias
ResponderEliminarEstimado Luis Raúl
ResponderEliminarNo, yo no tengo copia. Y la persona que puso esa portada en mis manos, y que aún la tiene, me pidió expresamente que no lo publicitara; esa es la razón por la que ni siquiera se menciona su nombre en el relato. Lo siento, otra vez será.