En esta historia se suceden un pleito, un cadáver (virtual) y una sospecha.
El pleito
Avanzada la noche del viernes 13 de marzo de 2015, 12 días transcurridos desde las elecciones municipales pero aún sin resultados oficiales, tuve un acalorado intercambio de opiniones en Twitter. Nada raro hasta ahí. Aunque cada vez rehúyo más esas discusiones –por lo general estériles–, soy de los que cree que los debates construyen, que es correcto elevar el tono si uno cree tener la razón, y que la ironía y el sarcasmo son herramientas que uno tiene derecho a utilizar y que debe tener tolerancia para digerir.
Decía que un viernes de marzo tuve un debate acalorado, pero no estaría hablando de él hoy, ocho meses después, si no fuera por el desenlace. Tras un intercambio con varios tuiteros manifiestamente coordinados en sus alegatos e insultos, la cuenta @VOTALuis_Cuenca, atribuida al candidato a la Alcaldía de San Salvador por el Partido de Concertación Nacional (PCN) y con su imagen como identificativo, replicó un irrespetuoso montaje con fotografías de mis hijas, que tienen 1 y 5 años de edad. Insisto en que me considero abierto y tolerante a los debates virtuales, pero creo también que todo tiene un límite.
Al día siguiente, logré el celular del candidato Luis Cuenca, y le llamé para pedirle explicaciones por el exabrupto. La perplejidad con la que me respondió evidenció que él no había tuiteado nada la noche anterior. Me dijo que ya alguien le había dicho algo parecido antes, que la suplantación incluso le había generado algún problema con el candidato arenero Edwin Zamora, pero que su equipo de campaña no le había dado excesiva importancia.
Creada durante la campaña electoral, @VOTALuis_Cuenca acumulaba más de 650 seguidores, incluidas las cuentas de algunos de los principales medios de comunicación (Teledós, Canal 33, Meganoticias 19, Radio 102.9, Noticias 4Visión, Radio Nacional…), periodistas de referencia (Edwin Góngora, Porfirio Mercado, Ricardo Vaquerano, Guadalupe Bonilla, Saúl Hernández…), y personeros e instituciones del mundo político (Roberto Cañas, Fito Salume, GANA, Democracia Salvadoreña…). Había razones para creer que era una cuenta real.
El pleito puro terminó con aquella llamada, que me confirmó que el ofensor era lo que se conoce como un troll. El verdadero Cuenca dijo que tomaría cartas para que no volviera a pasar, y al rato me llamó alguien del PCN para que le detallara lo sucedido. Por mi parte, denuncié el altercado ante el sistema en línea de Twitter, y en pocas horas borraron el tuit en el que mencionaban a mis hijas.
Pero ahí no quedó la cosa.
El cadáver (virtual)
Supongo que por la presión que hizo el PCN, a los pocos días Twitter obligó a los gestores de @VOTALuis_Cuenca que agregaran ‘#Parody’ en la descripción. Pero ahí tampoco quedó la cosa.
En poco más de una semana los dueños de la cuenta primero la dieron de baja, luego resucitó rebautizada como @Nivea_Milk; y más luego, cuando les hice saber que les estaba siguiendo la pista, la rebautizaron como @CD_contraataca. En cada paso borraban los tuits anteriores, y se hacían los locos cuando yo les hacía notar que estaba siguiendo sus pasos, encaminados sin duda a reciclar la valiosa cuenta que tenía como seguidores a buena parte del gremio periodístico.
Mi insistencia fue tal que se dieron por vencidos, y @CD_contraataca está abandonada desde entonces, convertida en un exquisito cadáver virtual.
La sospecha
La cuenta falsa @VOTALuis_Cuenca no era nomás el pasatiempo de alguien sin mucho quehacer, de un listillo. Estoy convencido de que era una de las joyas de la corona de un ‘troll-center’, equipos humanos contratados para generar ruido en las redes sociales, apoyar a tal o cual partido o candidato, o atacar a personas con cierta influencia para tratar de minar su credibilidad. Los hay de distintos colores partidarios, pero este activísimo troll-center del que @VOTALuis_Cuenca formaba parte tenía una clara tendencia para apoyar al FMLN en general, y al candidato Nayib Bukele en particular.
Como si no me perdonaran que les haya matado a uno de los suyos, otras cuentas ligadas a la misma red me atacan desde entonces cada vez que pueden, con disciplina marcial, pero con nulo éxito.
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