—...Y en particular, hago un llamado al sector no organizado, que hasta ahora se ha mantenido al margen de los acontecimientos políticos pero que está padeciendo sus consecuencias, para que actúen en favor de la justicia con los medios de que disponen, y no sigan pasivos por temor a los sacrificios y a los riesgos personales que implica toda acción audaz y verdaderamente eficaz... De lo contrario, serán también responsables de la injusticia y sus funestas consecuencias... Pero que quede bien claro, también, que al hacer este llamamiento a la organización del pueblo, no estoy diciendo que se metan en tal o cual organización, sino simplemente les quiero decir que usen el sentido crítico de cada uno y ponerlo al servicio del bien común, tal como hoy nos recomienda San Pablo al hablar de que el espíritu da los bienes no para utilidad personal sino para el bien de todos...
Espero que para 2012 este pueblo haya madurado lo suficiente...
Fotografía: Roberto Valencia |
{La homilía completa del 20 de enero de 1980 pueden leerla pulsando aquí}
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