—Venimos a adorarte, señor, con todo nuestro corazón –dice mientras comienzan a oírse los primeros compases de una movida canción.
Tampoco canta mal el pastor. Quizá esa sea la clave para escalar en el competitivo mercado de los pastores: cantar más o menos y tener dotes de showman.
Terminada la canción, el pastor abre las biblias por Génesis, capítulo 1, versículo 31. “Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera”.
—Digan conmigo: en gran manera –repite el pastor.
Luego el pastor comienza a hablar de Adán y Eva, del huerto del Edén que se encontraba –dice– donde hoy es Iraq, de las responsabilidades que Dios dio a Adán, de cómo Adán nombró a todos los animales de la creación, de la inteligencia que define al ser humano, del momento en el que Adán se dio cuenta de lo solo que estaba y le pidió a Dios compañía…
—Y lo bonito, hermanos, que no creás que Dios volvió a formar otro ser de la tierra, sino que a la mujer la sacó del mismo hombre, por eso las mujeres nos pertenecen. ¡Amén, hermanos! En abundancia, me va a decir algún hermano por ahí… –risas cómplices–. No, una nada más, solo nos pertenece una… Y entonces, vino Dios…
Y el joven pastor, el líder espiritual, sigue con su larga y colorida interpretación del versículo, como si nada, convencido como está de que a cada hombre le pertenece una mujer. Solo una.
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Fotografía: internet |
Que terrible. Y pensar que hay gente que se lo cree.
ResponderEliminarQue manera de reflexionar acerca de las predicas de los pastores! Te felicito y espero algun "pastorcito" lea esto y pueda darse cuenta que hay personas que Son Inteligentes...y no se dejan llevar por sus "alaridos" y miedos que infunden en una sociedad que pide paz y la busca a como de lugar llegando a lugares en donde les dicen mas mentiras de las que ya muchos habran escuchado...
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