El contexto: hace tres días que un joven de 17 años asesinó a puñaladas a otro de 18 en una pelea callejera desatada a las 5 y media de la tarde en plena colonia Escalón, la más pudiente de la capital. Segundos antes ni se conocían. Se retaron nomás por ser uno de un instituto y el otro, de otro. La muerte habría sido una más entre las 12 que ocurren cada día en este paisito, ni siquiera una de las que se realizan con más saña. Pero por la misma calle y a la misma hora pasaba un fotoperiodista de La Prensa Gráfica, registró con profesionalismo lo sucedido, y esas imágenes convirtieron el asesinato en acontecimiento nacional. Desde entonces noticieros y periódicos han reservado sus mejores espacios para mostrar la secuencia fotográfica una y otra y otra y otra vez, para debatir sobre las condenas de los menores infractores, y para cuestionar la aparente pasividad con la que la sociedad y los periodistas asumen estos hechos.
La escena: ahora es mañana de domingo, y la plaza Gerardo Barrios de San Salvador acoge la presentación pública de la promoción número 99 de los alumnos de la Academia Nacional de Seguridad Pública. Ha llegado Manuel Melgar, el ministro de Seguridad del país más inseguro del continente. Los periodistas se arremolinan a su alrededor para volverle a preguntar por el asesinato de hace tres días. Los 36 que las matemáticas dicen que han ocurrido en medio parecen no importar.
La pregunta del periodista:
—Pero por la frialdad con la que el joven asesina al otro muchacho da a entender de que no es la primera vez que ha asesinado…
—Habría que ver –responde el ministro Melgar– si tiene o no antecedentes delincuenciales. Eso yo no me atrevo a decir, porque hay que esperar las investigaciones.
Y tan tranquilos los dos.
La escena: ahora es mañana de domingo, y la plaza Gerardo Barrios de San Salvador acoge la presentación pública de la promoción número 99 de los alumnos de la Academia Nacional de Seguridad Pública. Ha llegado Manuel Melgar, el ministro de Seguridad del país más inseguro del continente. Los periodistas se arremolinan a su alrededor para volverle a preguntar por el asesinato de hace tres días. Los 36 que las matemáticas dicen que han ocurrido en medio parecen no importar.
La pregunta del periodista:
—Pero por la frialdad con la que el joven asesina al otro muchacho da a entender de que no es la primera vez que ha asesinado…
—Habría que ver –responde el ministro Melgar– si tiene o no antecedentes delincuenciales. Eso yo no me atrevo a decir, porque hay que esperar las investigaciones.
Y tan tranquilos los dos.
La verdad de las cosas es que este es uno de varios casos que se dan, lo que lo hace diferente es que fue captado en vivo, y por esto se ha convertido en el escandalo que es hoy, solo recuerdo una vez que una profesora mia en bachillerato me dijo:
ResponderEliminar"esos jovenes tienen la maldad en la sangre"
te invito a ver mi post de fecha 13 de marzo en mi blog
http://criticaalaculturadeelsalvador.blogspot.com/