sábado, 14 de agosto de 2010

Clase de nawat

Dicen los entendidos que Santo Domingo de Guzmán, en Sonsonate, es el único municipio en el que subsiste el nawat, la lengua que hace cinco siglos era la única que se hablaba entre los ríos Lempa y Paz. Más que subsistir, agoniza. La lengua no se escucha en las tiendas ni en las calles ni en los buses ni en las iglesias. Solo la hablan un grupo de ancianos que apenas se relacionan entre sí, y también se puede oír en espacios forzados como este aula, la de sexto grado de la única escuela pública con bachillerato.

Hoy, la clase de nawat será primero un torrente de preguntas del profesor, y después un esfuerzo por demostrar el dominio de la lengua escribiendo frases sobre la pizarra. Hay periodistas y hay que impresionar. Aquí adentro hace calor y falta iluminación, al punto que a las 10 de la mañana es necesario que haya dos bombillas encendidas. El aula está pintada de azul y blanco, y tiene dibujos alusivos a todas las materias que se imparten; también al nawat, al que se dedican dos horas semanales. Cerca de la puerta hay un cartel amarillo con el himno nacional en lengua indígena, y en otra pared se ven tres cartulinas que recuerdan cómo se dicen los números del uno al 10, los seis colores básicos y la última con un dibujo de un par de casas junto a un volcán y con una inscripción: Ne techan


Valentín Ramírez es el profesor. Tiene 36 años y es de Santo Domingo. Su historia es la de todos los de su generación. Sus abuelos eran nahuahablantes, les costaba expresarse en español; sus padres ya no lo aprendieron o dejaron de usarlo hasta la pérdida total; y los nietos, él y sus amigos, tampoco le vieron mayor utilidad. 

—De más joven creía que no servía de mucho –dice Valentín. 

Ahora él es profesor de nawat. Le cuesta entenderlo y hablarlo, está consciente, pero cuando de la Universidad Don Bosco llegaron a pedir voluntarios para enseñar al menos los conceptos básicos del idioma, no se lo pensó dos veces. Que la humanidad en general y los salvadoreños en particular no pierdan otra lengua depende hoy de esfuerzos como el de Valentín y las dos docenas de maestros que, sin hablar el nawat y con apenas una capacitación de una semana, decidieron apoyar el limitado programa de revitalización.

El número real de nahuahablantes es una incógnita. La cifra recogida en el censo de población de 2007 fue 97, la que maneja la Don Bosco es 200, y los conteos más optimistas elevan el número hasta 300. Pero todos coinciden en el hecho de que se trata de personas con una edad promedio en torno a los 60 años, analfabetas en su inmensa mayoría y que viven en condiciones de extrema pobreza. La lengua carece de protección jurídica efectiva, no hay literatura ni medios de comunicación en nawat y durante el último siglo la actitud del Estado salvadoreño hacia lo indígena ha pasado de la represión pura y dura en la primera mitad del siglo XX a la desidia de los últimos 30 años. Muchos confiaron en que la pasividad estatal cambiaría con la llegada del FMLN al Ejecutivo, pero los cambios en este tema han sido hasta la fecha más cosméticos que de fondo. El nawat sigue a la deriva.

En este aula hacen lo que pueden, pero sigue siendo poco. 

Michael Enrique Pineda es uno de los estudiantes más destacados de Valentín y de toda la escuela, ya que solo Valentín está dentro del programa. Consciente de su potencial, Michael toma la palabra siempre que puede y pide salir a la pizarra. Ya es capaz de escribir en nawat frases como Él tiene cinco lapiceros azules, algo al alcance de muy pocos salvadoreños. Sentado enfrente de él, miro la cartulina que dicen Ne techan.

—Michael, ¿y qué significa Ne techan?
—No sé –y acompaña sus palabras con un expresivo encogimiento de brazos.

El año que viene está en séptimo grado, y Valentín ya no será su profesor.


Fotografía: Bernat Camps

2 comentarios:

  1. es una lastima, creo que en general a los salvadoreno como que nos ha faltado identidad, para comenzar, ser indigena siempre fue un sinonimo de ignorante,de baja cultura,pobre, la palabra INDIO,era y es una ofensa,si la persona esta de mal humor,tiene mal caracter, se le dice indio, si es timido, es indio, en fin todo lo negativo de la persona es indio, a los salvadorenos nos gusta identificarnos mas con los espanoles, y eso nos aleja mas de nuestras raices, personalmente a mis hijos que son mitad anglo, les digo que la otra mitad la tienen de indio centroamericano, les muestro fotos de la cultura indigena. ojala que muchos aprendan la lengua nahuat? o nawat?

    ResponderEliminar
  2. El Nawat es un dialecto del Nahuatl mexicano, mucho más coherente y original que el mismo nahuatl y sin esa inmunda contaminación española, gracias a la prepotencia y a la arrogancia de los indígenas mexicanos, el nahuatl no se aprende ni existe una versión estandarizada como en el caso del alemán, por favor cuiden su idioma y cultívenlo, el Salvador es un pedazo de México que muy pocos conocemos. Saludos.

    ResponderEliminar

Related Posts with Thumbnails