miércoles, 21 de septiembre de 2011

Lágrimas de cocodrilo por una elefanta

[Este relato se publicó en el periódico digital español El Mundo el 22 de septiembre de 2010, bajo el titular La muerte de una elefanta conmociona El Salvador. Hoy se cumple un año de la muerte de la elefanta Manyula, y estas mismas palabras adquieren nuevos matices... creo yo]

En El Salvador ocurren situaciones que cuesta explicar cuando se escribe para fuera. Cuesta explicar, por ejemplo, que dos pandillas juveniles paralicen el país tres días; cuesta explicar que un presidente que decía ser de izquierda no promueva mejoras en el salario mínimo; y la última,cuesta explicar que la muerte de una elefanta cree un estado de conmoción cuando asesinan en la indiferencia a 12 personas todos los días.

La elefanta en cuestión, de la subespecie asiática, se llamaba Manyula. Falleció a las 17:50 del martes de un paro cardio-respiratorio, después de una semana de agonía generada por una falla en su sistema renal. “Quiero informar al pueblo salvadoreño que Manyula no sufrió”, dijo a los numerosos medios de comunicación presentes el director del Zoológico Nacional, Raúl Miranda.

La confirmación de la muerte provocó la interrupción del noticiero nocturno de Tele2, uno de los canales con mayor audiencia. Cientos de personas se acercaron a las instalaciones del zoológico, y otro noticiero, el de CuatroVisión, incluso se atrevió a enviar a su presentadora vestida de negro para informar desde el lugar de los hechos, en medio de mariachis y junto a un hombre disfrazado de Santa Claus.

Este miércoles todos los diarios amanecen con la noticia en sus portadas. “Manyula nos deja”, dice El Diario de Hoy. “Luto por muerte de elefanta Manyula”, dice el diario salvadoreño El Mundo. “Manyula nos dijo adiós” y “Reina del zoológico”, dice La Prensa Gráfica, un periódico que le dedica cinco páginas completas, casi todas de puras fotografías. En las redes sociales Twitter y Facebook no se habla de otra cosa.
¿Quién era Manyula?

La elefanta Manyula llegó a El Salvador en junio de 1955 embarcada en un carguero alemán de nombre Rheinstein. El Gobierno de aquella época compró un lote de 18 animales al zoológico Hagenbeck Tiepark de Hamburgo para intentar convertir el parque de la capital en un reclamo turístico.

El documento oficial de embarque señala que el ejemplar tenía tres años, por lo que falleció con 58, si bien un error de conteo cometido en el año 2000 por las autoridades del zoo –y que no han querido corregir los sucesores– llevó a creer que Manyula este año cumpliría 60. Había nacido en la India y había sido enviada a Alemania en abril de 1954.

Un estudio fechado en 2004 estableció en 45 años la vida promedio en cautividad de las elefantas asiáticas en zoológicos estadounidenses. Manyula vivió 55 años en unas condiciones que distan de las que se brindan en países desarrollados. Sobrevivió a tres terremotos, cuatro huracanes y dos guerras: la guerra civil (1980-1992) y la guerra contra Honduras (1969). En la actualidad, no más de una docena de elefantes en todo el continente superaba su edad.

Más allá de los números, en un país escaso en referentes propios, la elefanta terminó convertida en un ícono nacional e intergeneracional. Ese nombre lo reconocen la inmensa mayoría de las personas de 10, 30 o 70 años, y cuesta encontrar a algún salvadoreño que no la haya visitado en alguna ocasión.

“La verdad es que es la atracción principal del zoológico, porque lo cierto es que la mayoría de los niños que nos visitan se concentran en el área de la elefanta. Digamos que es el animal principal”, me dijo tiempo atrás Jorge Adalberto Campos, uno de sus cuidadores.
¿Y ahora qué?

Disecarla, conservar su esqueleto, bautizar el zoológico con su nombre y hacerle algún monumento conmemorativo fueron algunas de las propuestas que se escucharon en los últimos días, cuando se tenía certeza de la inminencia de su muerte. Hay quien pide un sustituto, hay quien pide que se cierre el zoo.

Lo único seguro es que este miércoles será sepultada en el mismo recinto en el que vivió 55 años, y que el Gobierno no parece estar dispuesto a desaprovechar esta oportunidad de que durante unos días el país hable de Manyula y no de otros problemas, como el encarecimiento del frijol y de la gasolina. La Secretaría de Cultura prepara ya un listado de actividades conmemorativas.

La conmoción durará algunos días. Luego pasará, como ocurre siempre aquí, y el país regresará a su normalidad: niños harapientos en los semáforos, comunidades enteras sometidas por las maras, discusiones estériles entre los diputados, los 12 asesinatos de cada día… Es una de esas situaciones que ocurren en El Salvador que cuesta explicar cuando se escribe para fuera.

Fotografía: Roberto Valencia

5 comentarios:

  1. Y hoy ningún medio se recordó de la Manyu...ni el mismo zoológico creo...

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  2. EDH sí sacó una notita en su versión digital, y Chico Campos publicó ayer una foto en lapagina

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  3. Bueno, al menos...pero nada comparado como cuando falleció...pooobre ya la olvidaron, bien rapidito, como todo acá en el país se suele olvidar...

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  4. Interesante artículo aunque lo haya leído un año después; aquí el cementerio de elefantes está en el senado y en las diputaciones provinciales. Por cierto, mis amigos quedaron fascinados con la entrevista a mágico, y con la foto. Un gran abrazo.

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