jueves, 22 de septiembre de 2011

¡Esto es un Ataco!

¿Y aquí es tranquilo? La pregunta es la de rigor cuando se turistea en cualquier lugar del mundo, con más razón en un país tan descompuesto como El Salvador. Hoy el “aquí” es un pueblito de postal llamado Concepción de Ataco, en Ahuachapán, y la respuesta del encargado del hostalito fue que sí, que es tranquilo, en perfecta armonía con la buena vibra que me transmite el lugar. Pues bien, hace un rato mi esposa y yo vimos la ciclópea cruz blanca en medio del cerro y quisimos ver Ataco desde allá arriba. Y surgieron las dudas. No es paranoia gratuita, creo. No soy de esos salvadoreños que viven encapsulados, temerosos hasta de su propia sombra, de esos que solo conocen la pobreza por televisión. Soy asiduo de la 52 y de la 101-D, camino cuanto puedo y me gusta sobremanera almorzar o echarme unas Pílsener en algún chupadero del centro de San Salvador con mi amigo Francisco Campos. Pero diez años en El Salvador pasan factura. Y ahora, después de subir esta cuesta infinita entre brumas, arañas y cafetales, después de sentir la soledad, uno no termina de disfrutar este mirador privilegiado por la maldita sensación de que aquí y ahora algo malo podría pasar.

Fotografía: Iris Girón

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