domingo, 12 de diciembre de 2010

Así amenazamos a Monseñor Romero (III)

Primeras semanas de 1979, días aciagos en El Salvador. La represión estatal ha alcanzado niveles nunca antes conocidos por esta generación, y la creciente organización de la izquierda revolucionaria se traduce en acciones cada vez más desestabilizadoras. Paradójicamente, mientras en el país se impone el odio, el Parlamento británico ha hecho pública en noviembre del año pasado su propuesta para que un salvadoreño, Monseñor Óscar Arnulfo Romero, reciba el Premio Nobel de la Paz.

Pero ni eso lo está librando de las amenazas de los escuadrones de la muerte, los grupos “ligados a estructuras estatales por participación activa o por tolerancia” que alcanzaron un control de tal naturaleza que sobrepasó los niveles de fenómeno aislado “para convertirse en instrumento de terror y de práctica sistemática de eliminación física de opositores políticos”, dirá el informe de la Comisión de la Verdad cuando termine la guerra. A Monseñor Romero, de hecho, lo asesinará un escuadrón de la muerte, el encabezado por Roberto d’Aubuisson, un siniestro personaje a quien tres décadas después todavía cientos de miles de salvadoreños le rendirán pleitesía con su voto. ¿Se puede idolatrar a la persona que mandó asesinar a un Nobel de la Paz en potencia? En El Salvador... (Este relato puede leerlo completo pulsando aquí)

Fotografía: Roberto Valencia

5 comentarios:

  1. Carlos Mc'grow Gutiérrez12 de diciembre de 2010, 8:47

    Le falto un poco de carnita.... pero esta bien.

    ResponderEliminar
  2. "¿Se puede idolatrar a la persona que mandó asesinar a un Nobel de la Paz en potencia? En El Salvador sí."
    También en otros lados, pero no sé si esa sea la condición más destacable para esa pregunta... pero está bueno el post.

    ResponderEliminar
  3. Y ese silencio se tornará eterno....

    ResponderEliminar
  4. Miguelangel Carballo12 de diciembre de 2010, 19:07

    romero fue responsable de muchas muertes indirectamente aqui en nuestro pais, no estoy de acuerdo como le mataron, ni con la forma de pensar que tenia, por eso su santidad juan pablo II le advirtio en publico y en privado.
    pero en fin que dios en gloria le tenga y le sean perdonados sus pecados, que de seguro son menos que los de muchos hoy.
    y que la izquierda deje de martirizarlo por conveniencia.

    ResponderEliminar
  5. "no estoy de acuerdo como le mataron" Vaya...! Quizá el Sr. Carballo habría sido mas creativo.

    Víctor Calderón

    ResponderEliminar

Related Posts with Thumbnails