domingo, 3 de octubre de 2010

¿Guazapa? No, Vietnam

Seguro que el Che Guevara no estaba pensando en esto cuando en abril de 1967 incitó a que florecieran dos, tres, muchos Vietnam. La consigna hacía referencia a la más mediática de cuantas guerras se libraron en la década de los sesenta. Un conflicto a más de 16.000 kilómetros de El Salvador fue pues el que hizo que el sector de Sol general de este estadio se comenzara a llamar así. En los ochenta lo quisieron rebautizar desde algunas radios como Guazapa, el cerro en eterna disputa durante la guerra civil, pero la idea nunca cuajó.

En la actualidad Vietnam es toda la grada oriente del Monumental Estadio Cuscatlán, frente a Tribuna. También se conoce como Solón. Son las entradas más baratas. Para este partido, cinco dólares, precio por el que el espectador obtiene, con suerte, un pedazo de concreto en el que poder sentarse, a merced del sol primero y de la lluvia si cae. Determinar cuánta gente cabe en Vietnam no resulta tan sencillo. Los diarios esta mañana hablaban de 12.000 entradas vendidas. Pero la página electrónica de la empresa propietaria del estadio consigna que la FIFA permite casi 14.000 espectadores. Y la empresa eleva la cifra a 18.000. Esta tarde se llenará tanto que muchos verán el partido de pie.

¿Y desde cuándo Vietnam se llama Vietnam? Pues depende de a quién se le pregunte. Ni siquiera hay consenso entre los periodistas deportivos veteranos. Roberto Águila (70 años, El Gráfico) y Sergio Gallardo (59 años, Telecorporación Salvadoreña) creen que el nombre se comenzó a utilizar con el estadio Cuscatlán ya en uso, es decir, a partir de 1975. Raúl Beltrán Bonilla (59 años, Radio YSKL) e Ismael Nolasco (66 años, Canal 12) dicen que el nombre se importó del Estadio Flor Blanca, donde desde finales de los sesenta ya se utilizaba el concepto de Vietnam. “Cuando el Alianza derrotó en enero de 1966 al Santos, con Pelé incluido, fue que escuché por primera vez la palabra”, me escribirá desde Houston Ernesto Callejas, un salvadoreño que emigró hace 21 años a Estados Unidos.

En lo que hay coincidencia absoluta entre periodistas y aficionados veteranos es para señalar que el comportamiento ha ido de mal en peor. Del reporteo para esta crónica surgirán declaraciones como estas: “Meterse ahí es un atentado a la cordura”. “Se arman auténticas bacanales”. “No respetan ni a la madre de ellos mismos”. “Los salvadoreños nos comportamos como tribu todavía”. “Juré que no volvería a ese sector”. “Allí van los mareros”.

¿Será para tanto?



Fotografía: Roberto Valencia


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Este relato forma parte de una crónica titulada "Pasión y orines en Vietnam", que fue publicada en mayo de 2009 en la revista Séptimo Sentido, del diario salvadoreño La Prensa Gráfica.

1 comentario:

  1. fui hace varios años, me moría por constatar la “fama” del Vietnam. Jugaba ES contra Costa Rica. fui con un novio y estábamos en la parte de arriba por ser lo mas seguro.

    Una vez allí era como haber entrado en otra dimensión, no hay racionalidad, sólo emotividad y por ende ni ser niño o niña, ni mujer ni adulto mayor pueden salvarte de lo que allí pase: se tira de todo, se grita de todo. Cuando sentís alguien te agarra de los hombres y te sacude de atrás adelante y vos DEBES hacer lo mismo...pura enajenación! Por supuesto, jamás volví.

    saludos

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