miércoles, 21 de julio de 2010

Estrategias de venta (periódicos)

No es un ladrón ni un aspirante a pastor evangélico ni tampoco el enésimo vendedor de galletas. Vende sí, o lo intenta al menos, pero lo hace con swing. Tiene don. Se acaba de subir al bus de la ruta 52 en la parada que está junto al centro de Gobierno, sobre la alameda Juan Pablo II. Viste bien y limpio. Jeans, camiseta, cachucha, como cualquier joven que apenas sobrepasa los veinte. Pasaría desapercibido si no fuera por esa especie de manta que le cuelga del hombro, de un anaranjado chillón, que le sirve para llevar dos docenas de periódicos semienrollados. Pasaría desapercibido, pero ahora es lo que menos quiere. Él quiere vender en dos minutos El Mundo, un diario salvadoreño de los intrascendentes, de los que cuesta vender. Se ha subido el último y, apenas el bus arranca, entrega cinco o seis ejemplares a pasajeros al azar.


—Muy buenas tardes, amables pasajeros. Acá les traigo diario El Mundo. Vean, vean qué completito viene hoy. Acá pueden leer el conflicto del gas, que unos dicen que sí al subsidio y otros que no, pero lo que sí está claro es que no son 11 dólares como usted se informó, ¡son casi 15 dólares lo que le va a costar a usted el tambito de gas ahora! Aquí viene más claro. Y más, noticia de última hora: ¡han capturado al venezolano Peña Esclusa! ¡Alejandro Peña Esclusa ha sido capturado! ¡Miren! –y enseña, orgulloso, el diario abierto de para en par– Por lo visto, acá, en El Salvador, esto era una red completita, no era solo Chávez Abarca, no era solitario. Era un comando radicado aquí, en El Salvador. Aquí viene más claro, miren. Y esta otra historia, miren, la historia de este pobre hombre, salvadoreño, de Soyapango, que cuenta cuál fue la razón que lo llevó a cometer ese error, ¿verdad? A dar a sus hijos tortillas hechas con semilla envenenada. Y lo más grave, dice, es que cualquier papá hubiera hecho lo mismo. Vean la situación extrema que se vive en nuestro país. Pues bien, si usted se quiere llevar el diario, se lo puede llevar. Son 25 centavos, y ahí le trae más noticias. Le va a interesar, de verdad. Y solo por una cora. Gracias.


Un minuto y 51 segundos. Nadie le compra nada. Sin embargo, conoce lo que vende, y me deja la sensación de que hay quien hace más por la supervivencia del papel impreso que las propias empresas periodísticas. Y que los propios periodistas.

5 comentarios:

  1. Me encantó! Yo he conocido varias personas que venden periódicos y son unos personajes increíbles!

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  2. Amparo Marroquín Parducci22 de julio de 2010, 13:08

    Buenísimo, buenísimo, gracias, crono...

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  3. Excelente texto! Una historia que nos hace reflexionar...

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  4. Gracias, me has devuelto la fe.

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