viernes, 18 de junio de 2010

¿Antonio, Juanjo, Roberto?

El nombre de un periodista no es algo importante para Jon Sobrino. En realidad, el periodismo en sí, tal y como está concebido en la actualidad, no es importante. “No me interesa todo eso, ese mundo de los millones, de los medios que son más o menos de derecha o un poquito de izquierda”, dijo la tercera vez que hablamos frente a frente. La segunda vez había sido el 30 de noviembre, poco después de oír cómo cantaba el “Cumpleaños feliz”. Me le acerqué una vez finalizada su misa, como habíamos acordado por teléfono.


—A ver, ¿tú eres Antonio Valencia? –preguntó.
—Roberto, padre, Roberto Valencia.
—Roberto... ah, entonces sí te conozco. Vamos a ver –enérgico–, ya te dije que ahora no te voy a recibir, pero ¿qué es lo que quieres tú?


Siete días después salió con eso de que no le interesa el mundo de los millones ni aparecer en los medios. Esa tercera plática fue más cordial. Fijamos una entrevista larga en su despacho para las 4 de la tarde del día siguiente y volvió a confundirme con Antonio. Se justificó diciendo que Antonio Valencia le sonaba a un portero que tuvo hace unos años el Athletic de Bilbao, el equipo de la Liga española de fútbol. Pero ese portero se llamaba Juanjo Valencia.


“Yo soy diabético, de dos inyecciones diarias, para que lo pongas.” Su mala memoria selectiva –solo para nombres y rostros– la atribuye a la diabetes. Y es selectiva porque Sobrino, el jesuita amonestado hace ya un par de años por el Vaticano, tiene 70 años, pero es uno de los intelectuales salvadoreños más leídos y traducidos en todo el mundo, continúa celebrando misa en la misma iglesia donde lo ha hecho por casi 20 años y se mantiene firme en lo que décadas atrás alguien bautizó como la opción preferencial por los pobres. Y sigue publicando cuanto puede. Y sigue con sus pensamientos enfocados en lo que él cree que es importante.


En la entrevista de las 4 en su despacho, tras casi dos horas de plática, le pedí que me firmara un ejemplar de uno de sus libros. Lo abrió y con letra clara y legible, de estudiante aplicado, escribió: “Para Antonio Valencia. Con agradecimiento y esperanza. Jon Sobrino”.

(Fotografía de Víctor Peña)

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(Esta es la escena inicial de una larga crónica titulada "Jon Sobrino, el obseso", publicada el 4 de enero de 2009 en la revista Séptimo Sentido, de La Prensa Gráfica).

3 comentarios:

  1. Hola Antonio.. perdón...Roberto, jajaja. La próxima vez que te vea te cuento lo que Jon me dijo un día frente a mi madre, jajaja, es un caso. Cada vez que lo veo debo recordarle que soy hija de Ana María. Me consuela no ser el único ser insignificante para él, jajaja.

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  2. Hola Roberto, yo soy quien publicó la lista de los 10 periodistas argentinos de crónicas. Me gustaría saber qué se puede discutir a raíz de ese post ya que está cargado a un blog que usamos en una materia de la carrera de periodismo (eso es lo que estoy estudiando), para practicar redacción específica para la Web. La consulta es, porque justamente, al ser estudiante, quisiera tener diferentes opiniones y me gustaría conocer lo que pensás. Quizás me ayude también para aprender. Te dejo mi mail es: dafne_berman@hotmail.com, Gracias

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