viernes, 25 de diciembre de 2009

Don Balón y la Ruta de los Mártires

Noviembre, mediados. La Sala de los Mártires de la Universidad Centroamericana (UCA) parece otra; en realidad, es otra. Acaba de ser remodelada y luce radiante, diminuta como siempre, pero radiante. El aire acondicionado impide el silencio aunque uno esté solo, como me ocurre ahora, y refresca al punto de sentir frío. Las baldosas del suelo, negras; el techo y las paredes, blancas; y cristales, amplios cristales entre el visitante y lo expuesto.

Aquí hay mucho que mirar, pero lo que me ha traído esta vez, por un reportaje que debo escribir para un diario vasco llamado Deia, son las pertenencias personales del padre Ignacio Ellacuría. Están al fondo, justo debajo de un plano de la universidad. Ahí se encuentran, entre otras cosas, su pasaporte sellado, sus grandes anteojos, una taza, un par de plumas y el calendario que usaba como agenda, en el que señaló su último viaje en avión: Miami-San Salvador, el 13 de noviembre de 1989, con salida a la 1 de la tarde.

A la par, en la misma vitrina, se amontonan las posesiones de su amigo Amando López, también jesuita y también asesinado por el Ejército. Dos objetos llaman mi atención; son dos almanaques futboleros editados por la revista española Don Balón en 1987 y 1988. Uno verde y el otro azul, resumen los traspasos y las alineaciones de los equipos de la Liga española. En las portadas, las estrellas de entonces: los barcelonistas Aitor “Txiki” Begiristain y Andoni Zubizarreta, el madridista Bernd Schuster o el mítico guardameta realista Luis Miguel Arkonada. En las páginas de adentro, un salvadoreño inolvidable que jugaba en Cádiz.

Esos almanaques son apenas un detalle dentro de una sala matirial que transpira paz y que merecería ser más visitada.

Desde que se creó, el Ministerio de Turismo salvadoreño nunca ha promocionado lo que podría convertirse en un poderoso reclamo turístico, si es que no lo es ya sin promoción alguna. En los Airbus de Taca a uno lo intentan convencer de que el país tiene volcanes fogosos como los de Guatemala, bosques nebulosos como los de Honduras y playas extensas como las de Belice. Pero no se dice ni mu de algo que solo El Salvador ofrece: Monseñor Romero y los mártires jesuitas. Tiene cierta lógica –macabra– que el Gobierno los silenciara mientras estuvo en manos del partido ARENA, cuyo fundador –Roberto d'Aubuisson– es el asesino intelectual del arzobispo, pero que el actual Gobierno que se dice de izquierda no haya hecho nada en siete meses suena raro. Quizá algún día, además de Ruta de la Paz, Ruta Arqueológica o Ruta de las Flores, haya también una Ruta de los Mártires. Quizá.


Fotografía: Roberto Valencia

2 comentarios:

  1. De acuerdo, pero a la vez le tengo desconfianza al gobierno y a su uso del patrimonio histórico (como querían hacer con la imagen de Roque Dalton) para legitimar su propio partido. Lo que sí nos puede iluminar este reconocimiento oficial de los jesuitas, no es una narrativa cohesiva del pasado, sino las contradicciones y tensiones que permanecen en el país.

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  2. En octubre nos visitaron al menos unos 60 representantes de tour operadores de El Salvador que planean incluir en sus paquetes todo lo relacionado con los mártires de la UCA. :)
    atte. Guía Centro Mons. Romero

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